lunes, 28 de septiembre de 2009

Yom kipur: día del perdón...y sin carros





Es uno de los días preferidos en el año. Es, a decir verdad, mi día preferido del año desde que vivo en Israel. Yom Kipur, que puede ser traducido como día del perdón, de la reconciliación, o de la indulgencia.

Justo una semana despues de celebrar el año nuevo judío, según el calendario hebreo, hoy se vivió el Yom Kipur, que comenzó ayer con la caída del sol y terminó hace un par de horas con la llegada nuevamente del ocaso. Los días festivos judíos no ocurren de la mañana a la noche de un mismo día, sino que se cuentan 24 horas desde el poniente.

Yom Kipur es el día más santo y solemne del año en la religión judía. Un día para el ayuno y las cuentas del alma. Para dejar atras aquello que no se quiere seguir cargando y renovar el espíritu. Es, a mi manera de ver, un día para estar en silencio y meditar. Por ley ningún vehículo, excepto bicicletas, puede circular por las calles y nada, absolutamente nada está abierto durante Yom Kipur, todos los establecimientos comerciales, educativos, públicos, de entrenimiento y demás están cerrados. Y no hay un solo carro que se mueva.

Es maravilloso!! debería existir así un día oficial en el todo el mundo. Nada tan agradable como pasear por la calle y notar el silencio que lo protagoniza todo cuando no hay tráfico. Cruzar la cebra sin mirar a ambos lados esperando el conductor feroz que viene a toda prisa. Tomarse la vía y caminar en medio de la avenida. Los perros, los niños, los viejos, todos parecen extasiados con la libertad de andar sin el estrépito de la música, del comercio, del caos vehícular.

Es en todo sentido una purificación. Del cuerpo con el ayuno, del alma con la reflexión, y de las calles con el detenimiento completo de movimiento. Ocurre una vez al año y es una de las festividades digna de copiar. No todos se toman en serio aquello del ayuno, el arrepentimiento y la expiacion, pero está bien, tambien ellos pueden viajar por todo el país en bicicleta al ritmo tranquilo del viento de otoño.

Llegó y pasó Yom Kipur, mañana otra vez al ritmo vertiginoso de la vida.