martes, 27 de abril de 2010

sin titulo

"A las 7 de la noche del 10 de marzo del año 2000, un grupo armado al mando de Rodrigo Mercado, alias 'Cadena', llegó, ordenó a todos reunirse en la cancha de fútbol y formarse en fila india. Uno a uno fueron pasando para ser examinados por alguien que tenía su rostro cubierto con un pasamontañas. Al parecer, no encontraron a quien buscaban. Y tres horas después, antes de irse, advirtieron: "Si cuando volvamos mañana hay alguien en este pueblo, se muere". De inmediato todos huyeron en estampida. Tres semanas antes en un corregimiento vecino, El Salado, habían caído papeles de un helicóptero que anunciaban la muerte y luego se dio una de las masacres más cruentas del país" (Revista Semana)

Que alguien me explique. Que alguien me explique, de alguna manera razonable, cómo es posible que un relato como este pertenezca a la realidad y no a la mente de un talentoso ficcionario. Que alguien me explique a dónde se va la memoria de un pueblo entero, incluso no solo la memoria, el conocimiento, el discernimiento, la compasión, la sensibilidad, la humanidad. De un convulsionado y anestesiado pueblo que se da contra las paredes y sin embargo sigue bailando.

Esto pasa en colombia, este tipo de violencia existe en esa esquina suramericana donde se producen las mejores novelas y la más famosa cocaina. Qué tipo de comunidad constituímos. Qué tipo de seres humanos llevan sus impulsos a extremos tan espeluznantes contra el otro.

Cómo me consterna todo esto...